VI – CONTEMPLATIVO Y PROFETA
61. LA GRUTA DE MERVENT
Durante la misión de Mervent, Montfort escogió en el extenso bosque que cubre parte de la comarca, una gruta natural y apartada para sumergirse en oración durante los intervalos libres de la predicación. Saboreaba allí las delicias de la soledad. Pero la persecución lo siguió incluso al «desierto» y suscitó en contra suya enemigos de parte de las autoridades, bajo el pretexto sin importancia de que había arrancado algunos viejos troncos en una propiedad del Estado, para adaptar la gruta y defenderla de la violencia de los vientos del norte.
Hoy la gruta lleva el nombre de «Gruta de San Luis de Montfort» y congrega cada año a millares de peregrinos y turistas, sobre todo en verano.