Soy católico y, aunque veo sus heridas, ¡estoy orgulloso de tener a la Iglesia como Madre!
En medio de los vaivenes culturales y las transformaciones sociales, a veces parece que ser católico se ha vuelto motivo de vergüenza para algunos. Sin embargo, es crucial recordar que la tradición católica no solo ha sido una parte integral de la historia humana. También ha sentado las bases para muchos de los valores fundamentales que sostienen nuestras sociedades modernas.