85. LAS CUATRO FIGURAS
En otra ocasión, en una calle del suburbio de San Saturnino, en Montbernage, Montfort encuentra tendido en tierra y abandonado de todos, a un pobre afectado de un mal incurable. Lo toma sobre los hombros, pero ¿adónde llevarlo? En el hospital de Poitiers no lo reciben porque todas las puertas le están cerradas; por otra parte, no se atreve a imponer a nadie el cuidado de este pobre infeliz. Se acuerda entonces de que en aquellos parajes, en una localidad llamada «Las Cuatro Figuras», existe una gruta excavada en una colina rocosa que al menos temporalmente puede servir de albergue. Allí acomoda a su enfermo, en espera de encontrarle una morada mejor. El sitio se convierte en el comienzo de un hospital, confiado más tarde a la Hijas de la Sabiduría.