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74. ABOFETEADOR CONVERTIDO

Pasando a Challans, se detiene a hablar a los habitantes bajo el cobertizo del mercado. Mientras todos le escuchan con atención, algunos vendedores se atreven a gritar:

– ¡Es el loco de Montfort que está hablando!

Los oyentes se precipitan a dar una severa lección a aquellos insolentes. Pero el misionero frena el ímpetu de sus defensores y les anuncia incluso que pronto será agredido una vez más. En efecto, mientras se dirige a la parroquia vecina de San Cristóbal, un hombre se le acerca y le da una bofetada. Y cuando algunos querían atrapar al culpable:

– Déjenlo en paz, ordena Montfort, dentro de poco él mismo vendrá a buscarme.

Algunos días después aquel pecador, impelido por el remordimiento y la vergüenza, corre llorando a confesar sus pecados a los pies del misionero.

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