66. «LA MARQUESA NO MORIRÁ»
La marquesa de Bouillé estaba gravemente enferma y, dado que el caso era desesperado, su padre la encomendó a las oraciones del misionero, el cual aceptó ir a visitarla. Apenas entró en el cuarto de la enferma, Montfort se arrodilló delante de un crucifijo. Se acercó luego al lecho de la enferma y permaneció un momento más en oración. Finalmente, volviéndose al padre de la enferma le dijo:
– Señor, no se preocupe, su hija no morirá.
De hecho, muy pronto la enferma recuperará la salud. Dedicará el resto de su vida a las buenas obras. Ella dará a las Hijas de la Sabiduría la primera casa en San Lorenzo sobre del Sèvre, junto a la tumba del Santo.