18. CONTRATIEMPO EN CARNAVAL

Amigo del estudio y de las ocupaciones útiles, detestaba los pasatiempos, las fiestas mundanas y las mascaradas.
Cierta tarde de carnaval, cuando terminaba la comida condimentada con inocente alegría, entró en la sala un joven enmascarado, que comenzó a provocar a los presentes con sus ocurrencias, chistes y donaires.
Luis se levantó en seguida, abandonó la reunión y mostró su descontento hasta derramar lágrimas.
Su pureza sentía horror a las diversiones peligrosas.
Sacaba esta gran delicadeza de sus conversaciones con el P. Gilbert, profesor suyo, hombre de virtud y talento, que morirá misionando en la isla de Guadalupe, y sobre todo de su gran devoción a María.