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16. «ESTE HERMANO TUYO Y MÍO…»

Lejos de buscar diversiones frívolas o peligrosas, servía a los pobres y, desde ahora, les tuvo tanto cariño que durante toda su vida se rodeó de pobres y enfermos, distribuyendo entre ellos cuanto recibía.

Había entre los estudiantes del colegio uno tan pobre y miserablemente vestido que era objeto de la burla de sus compañeros. Luis, dolorido de verlo tan despreciado, comenzó una colecta entre sus compañeros para comprarle un vestido nuevo. Pero, al no obtener la suma requerida, llevó al compañero pobre a casa de un sastre.

– Este joven es hermano tuyo y mío –le dijo–. Yo he recogido esto entre mis compañeros para vestirlo en forma conveniente. Si esto no alcanza, ponga Ud. lo que haga falta.

Conmovido el buen sastre por tanta virtud, hizo lo que se le pedía. Y el pobre estudiante no volvió a ser objeto de las burlas de los compañeros.

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