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13. EL ENCUENTRO CON JESÚS

Luis Grignion hizo su primera Comunión con gran fervor. Y ante el altar, según la costumbre, renovó solemnemente las promesas bautismales.

Los bellísimos cánticos que compuso más tarde, nos manifiestan cuáles fueron sus sentimientos cuando recibió al Señor por primera vez.

       ¡Oh buen Jesús mío, te amo y deseo,

       con toda mi alma suspiro por ti!

       ¡Oh buen Jesús mío, amor de mi alma:

       reina siempre en mí!

Así Luis, desde niño, practicaba ya todas esas virtudes que se advierten gustosamente en los niños: amor a Dios, obediencia a los padres y maestros, buen ejemplo a los compañeros.

Como recuerdo del lugar de su bautismo se hará llamar sencillamente Luis María de Montfort.

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