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125. RESTAURACIÓN DE IGLESIAS

En muchas parroquias encontraba a menudo la iglesia en ruinas, sucia, carente de todo. Movilizaba entonces una hilera de trabajadores, se ponía a la cabeza de los mismos y en pocos días la iglesia quedaba restaurada, blanqueada, decorada. El pueblo maravillado, emprendía de nuevo, lleno de gozo, el camino de la casa de Dios.

Montfort no podía soportar el descuido del lugar santo. Todo debía estar pulido, todos debían tener en la iglesia un comportamiento decoroso y devoto.

Los que irrespetaban la santa presencia de Dios sentían caer sobre sí desde el púlpito apóstrofes y reproches.

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