12. …Y CONSOLAR A SU MADRE
Cuando su madre tenía disgustos familiares, el niño Luis se le acercaba y la consolaba. También se mantenía atento para no ser motivo de inquietudes para su padre, fácilmente irritable: el señor Grignion declarará un día que su hijo nunca le había faltado el respeto.
Era apenas un niño y ya tenía un amor muy intenso a la Virgen María.
Gozaba con sólo hablar u oír hablar de Ella. Con filial amor la llamaba «su querida madre». La invocaba en todo momento y alcanzaba de Ella gracias señaladísimas.
Ya entonces se esforzaba por realizar todas sus acciones en unión con María para agradar a Jesucristo.