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115. AYUDA INESPERADA

La señorita de Guihanene, directora del hospital San Juan, en Guérande, contó que habiendo ido a San Similiano para participar en la misión que predicaba Montfort, una tarde se sintió fatigada y a punto de desmayarse de debilidad, pues estaba en ayunas y no llevaba consigo provisión alguna.

No atreviéndose a manifestar su situación a las personas que la rodeaban, se sentó en una piedra fuera de la iglesia, esperando el momento del siguiente ejercicio.

Pasados algunos momentos, vio a una señora modestamente vestida pero de porte diferente y rostro amable y radiante, que le ofreció un panecillo diciéndole:

– Toma, hija mía, cómete este pan, y desapareció en seguida.

La Virgen María había acudido en ayuda suya.

La buena mujer afirmó que nunca había comido pan tan sabroso.

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